Retroanálisis: Extreme-G (1997)

Extreme-G es el tercer título de carreras más rápido del catálogo de Nintendo 64, superado sólo por F-Zero X (1998) y Star Wars: Episode I Racer (1999), y exclusivo para nuestra consola. Dejando de lado los hovercars, vamos a pasarnos al maravilloso mundo de las motos del futuro; como siempre, a continuación.

El futuro es algo así como una combinación entre un
 domingo sin fútbol, motos tuneadas y un anuncio
de Neutrex.

Probe Entertainment (1984-2004) fue un estudio británico que comenzó a desarrollar títulos para Commodore 64 y Amiga, pasando por el resto de consolas de 16, 32/64 y 128 bits, hasta su desaparición con el que sería su último título (XG3: Extreme G Racing, 2001; PS2, GC). ¿El motivo de su cese? La caída en bancarrota de Acclaim en 2004; de la que formaban parte desde 1995. Pese a su incansable actividad, el legado de Probe Entertainment a la historia de los videojuegos sería relativo; con títulos por lo general mediocres y con algunos notables destacables, entre los que se encuentran Alien Trilogy (1995, PC, Saturn, PSX) Die Hard Trilogy (1996, PC, Saturn, PSX), Forsaken (1998, PC, N64) y Re-Volt (1999, PC, DC, N64).

Menudo careto.

Con toda esa increíble experiencia en desarrollo de videojuegos, Extreme-G fue el primer experimento de Probe en Nintendo 64. ¿El resultado? Pues una combinación de carreras de alta velocidad y shootem`up de lo más adictiva; rememorando a clásicos como Mario Kart en frenéticas batallas a dos ruedas. Una apuesta original con una estética de ciencia ficción que nos trae a la cabeza clásicos como Tron o el propio F-Zero; en un planeta Tierra completamente desforestado, en el que sus habitantes realizan carreras de control remoto a través de ciudades abandonadas.

En lo que al apartado técnico respecta, nos encontramos con un título en el que lo primero que llama la atención, tal y como comentamos, es la velocidad a la que se mueve el juego; superando en ocasiones los 750km/h. Extreme-G es una constante de velocidad increíble; tal, que incluso las motos se salen del escenario    y atraviesan las texturas.

Los circuitos son una pasada.

A través de circuitos de lo más amplios con rutas alternativas incluidas, trampas, caídas, ascensos y todo tipo de elementos dinámicos como bandadas de murciélagos saliendo de los túneles o láseres estratégicamente dispuestos en los circuitos para jodernos la marrana, Extreme-G nos muestra un título rico y variado en puesta en escena, así como unos gráficos tridimensionales poligonales con texturas de lo más variadas; cuya calidad se podrá apreciar de locura conforme vayamos apretando el acelerador. En lo que al diseño de las motos se refiere, estas poseen una línea aerodinámica y completamente futurista que dará mayor credibilidad al juego a la hora de pilotarlas por los circuitos, pese a que en cuanto comencemos a soltar el acelerador sus diseños poligonales puedan resultar ligeramente toscos y simples, al igual que los escenarios.

Otro ejemplo de buena calidad técnica del título, es la total ausencia de "construcción sistemática" del circuito conforme avanzamos; como ocurría por entonces en muchos títulos de la época, como es el caso de Aero Gauge (1997). Aspecto técnico positivo del título, que se compensa con un uso correctamente implantado y para nada molesto de "niebla" en el horizonte, tal y como hemos podido apreciar en muchos títulos de Acclaim como Turok: Dinosaur Hunter (1997) o Turok 2: Seeds of Evil (1998). 

Los juegos de luces están
muy conseguidos.

¿Y qué clase de música podría pegar más con un juego de carreras futurista de alta velocidad? Pues nada más y nada menos, que un variado elenco de música techno: ¡bienvenidos a los noventa! Si bien la banda sonora no nos ofrece tampoco una obra maestra, es de buena calidad, y ameniza muy bien las carreras, cumpliendo a la perfección su tarea: mantenernos pegados al mando. En cuanto a los FX, estos se presentan también variados; desde los derrapes y acelerones, a los golpes contra otras motos, contra el escenario, los petardazos producidos por nuestras armas, los láseres, etc.

Tron total.

Sin embargo, el apartado que merece más la pena destacar de este título, es sin duda alguna el de la jugabilidad: Extreme-G, como ya comentamos, es un título que, pese a ser futurista y poseer una ambientación un tanto oscura, toma claras reminiscencias de la serie Mario Kart. Conducir nuestras motos a través de un control sencillo e intuitivo no será, sin embargo, tarea fácil; a ello, tendremos que añadir la constante necesidad durante las carreras de atrapar todos tipo de ítems por el circuito para adquirir un variado elenco de armas y trampas que puteen a nuestros contrincantes y viceversa; lo que resultará en carrocerías dañadas que de no ser reparadas rápidamente, provocarán resultados nefastos. Por ello, además de adquirir armas, se hará necesario también encontrar ítems que nos protejan, como escudos de plasma  o blindajes adicionales. En resumidas palabras: acción a base de tiros y carreras de alta velocidad, hacen de Extreme-G, una combinación un tanto singular a la par que entretenida, superando el concepto de juego infantil de Mario Kart.

Otro aspecto destacable de la jugabilidad, es la inteligencia artificial: muy bien diseñada, y con un nivel de dificultad elevado; en el que los enemigos te putean al máximo, compiten entre ellos y el ranking nunca se mantiene estable; cada competición, es una auténtica caja de sorpresas. En cuanto a la cámara, esta nos permite cambiarla durante las carreras; desde la clásica tercera persona, a una más alejada, y finalmente, a la  primera persona; en la que acelerar se convierte aún más en una autentica pasada.

Zuuuuum!

¿Y qué modos de juego nos ofrece Extreme-G? Pues nada más y nada menos que tres campeonatos Extreme Constest: Atomic (cuatro circuitos), Critical Mass (ocho circuitos) y Meltdown (los doce circuitos del juego); Un modo Práctica de carreras libres contra la máquina, el mítico Time Trials y un original modo Shoot 'em up en el que recorreremos sin contrincantes a toda velocidad los circuitos del juego intentando destruir al máximo número posible de drones para alcanzar nuestro récord. En lo que al multijugador respecta, Extreme-G no podría ser más completo: cuatro modalidades de hasta cuatro jugadores reales en las que se encuentran el modo Cup (campeonato en el que compiten hasta 16 jugadores), Head to Head (carreras libres en la que compites sólo contra jugadores humanos), Flag Game (el jugador que consiga más banderas durante el circuito, gana) y Battle Arena (escenarios especialmente diseñados para que los jugadores combatan entre sí).

Todo ello, aderezado con siete vehículos con seis características propias; entre las que se encuentran la velocidad, la aceleración, el escudo, las ruedas, el arma y la carrocería. Si a eso le añadimos la posibilidad de utilizar tanto nuestro Rumble como Controller Pack, puedo asegurar que el jugador de Extreme-G se encontrará completamente feliz.

¿Feliz? Para los jugadores poco puristas. Extreme-G es un título de carreras poco convencional y con cierto encanto que convence en todos los aspectos, pero le falla algo para ser sobresaliente. Pequeños detalles como unos gráficos ligeramente toscos o la falta de personalidad propia, hacen de un juego que cumple adecuadamente en todos los aspectos, un título muy recomendable, pero incapaz de formar parte del Hall of Fame. Cómpralo, te divertirás con la alta velocidad y las tortas. Sobre todo en compañía.

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LO MEJOR

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- La increíble velocidad.

- La combinación de acción y carreras futuristas.

- Es un título muy completo, original y exclusivo para nuestra consola.

- Poder usar el Controller y el Rumble Pack.

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LO PEOR

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- Los gráficos resultan en ocasiones toscos.

- La moto se salta texturas del juego constantemente.

- Tiene encanto, pero cierta falta de personalidad propia al recordar a otros títulos y películas.

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VALORACIONES

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-Gráficos: 8

-Sonido: 7,7

-Jugabilidad: 8,5

-Duración: 9

-NOTA FINAL:  8,3