Retroanálisis: Mace: The Dark Age (1997)

Mace: The Dark Age, fue, para 1997, el mejor título de lucha junto con Killer Instinct Gold para nuestra consola. Un título, que destacó sobre todo por la calidad tecnológica, y que además, no dejó indiferente a nadie. Sin embargo, por avatares del destino, no dió tanto eco como otros juegos de lucha para PSX. El retroanálisis, a continuación.

¡Las chicas son guerreras!

Con una historia de magia y reinos medievales de lo más clásica, Mace: The Dark Age nos presenta un juego situado en un tiempo muy antiguo, en el que los reyezuelos de siete estados feudales sometidos ante un nigromante malo malísimo llamado Asmodeus, desean librarse de su tirano enviando contra él a sus mejores guerreros; con la intención de arrebatarle el mazo de Tanis, artefacto que otorga poderes sobrenaturales a su portador, para poder así obtener un poder infinito...

Tras este culebrón, nos encontraremos con un juego que destaca especialmente por su apartado gráfico; Mace: The Dark Age, nos presentará un título de gran belleza visual que destaca especialmente por poseer un sistema tridimensional poligonal excelentemente diseñado y con texturas de alta calidad, en el que los píxeles, gracias al sistema anti-aliasing brillan prácticamente por su ausencia, y todo ello, a través de un juego que destaca por su variada paleta de colores y uso de iluminaciones.

A su vez, frente a lo que estamos acostumbrados en otros títulos, Mace: The Dark Age nos permitirá hacer un uso voluntario del zoom y de rotaciones de cámara durante el juego, utilizando tan sólo los botones lateriales de nuestro mando, lo que creará un ambiente tridimensional que destaca especialmente por su realismo, teniendo la posibilidad de luchar a través de los planos que deseemos, así como movernos libremente por el entorno.

Los escenarios suelen ser tipo
mazmorra y oscuros.

Unos escenarios, que destacan también por su tamaño; frente a los títulos más clásicos, Mace: The Dark Age nos permitirá desenvolvernos por escenarios muy grandes, los cuales destacan a su vez por el nivel de interacción que podremos tener en ellos; ya sea, utilizando elementos del escenario como rocas o toneles para atacar a nuestros oponentes, o desplazando a mala leche a nuestros contrincantes contra zonas repletas de agua electrificada, lava o aceite hirviendo. Y todo ello, a través de escenarios de lo más variados, que destacan, como repito, por su increíble diseño y buen uso de brillos e iluminación; lucharemos en un bello harén, en la típica casa japonesa, en oscuras mazmorras medievales, e incluso en mitad de un campo de batalla.

A hostiazo limpio en un harén.

Todo ello, aderezado con 15 personajes con los que podremos luchar además de tenerlos como contrincantes, entre los que se encuentran 10 originales de la versión de recreativa más 2 de los sub-jefes, un jefe final y dos personajes secretos para desbloquear. Y es que, en lo que a jugabilidad respecta, el juego destaca por tener un modo de juego muy bien regulado, medianamente realista, en el que los saltos de saltimbanqui brillarán especialmente por su ausencia, obligándonos el juego a realizar todo tipo de movimientos especiales y estrategias para conseguir la victoria sobre nuestro oponente.

Un juego sangriento, en el que clavaremos en estacas las cabezas de nuestros oponentes al final de cada combate -raro en una consola de Nintendo-, y en el que además de poder acceder a escenarios secretos, accederemos a modos especiales como el modo SD (Super Deformed) y el modo Micro según vayamos cheteando y consiguiendo ciertos logros, amén del necesario modo multijugador.

Emmmmm?

En cuanto al apartado sonoro, el título destaca por melodías repetitivas, que acaban siendo pegadizas, y que si bien el juego no destaca por tener una banda sonora a rememorar en la historia de los videojuegos, consigue el objetivo de amenizar el título. Los FX, a su vez, destacarán por su calidad al recibir golpes, chocar las espadas o las numerosas interacciones y movimientos que vayamos realizando durante el juego.

Conclusión final: Mace: The Dark Age es un juego que mejora a su versión previa de recreativa, sangriento frente a otros títulos de Nintendo, y bastante adictivo, con una enorme calidad gráfica para 1997. No es el mejor juego de lucha del mundo, pero si fue un título que innovó bastante para su época al introducir numerosos elementos en el género de lucha en tres dimensiones, como son sus enormes escenarios y el poder desplazarnos líbremente a nuestro antojo por ellos, amén de la rotación de cámara. Y la cálidad gráfica, sobresaliente. Un imprescindible para los amantes del género de lucha.

LO MEJOR

- Divertido. Engancha bastante.

- Su enorme calidad gráfica para 1997.

- Los retos y chetos a desbloquear.

LO PEOR

- El apartado sonoro podrían haberlo mejorado un poco.

- No hace uso de nuestro Rumble Pack, pero es algo a lo que estamos acostumbrados.

VALORACIONES

-Gráficos: 10

-Sonido: 8

-Jugabilidad: 8

-Duración: 8

-NOTA FINAL: 8,5